FilmJournal: "La Princesa y el Sapo", un gumbo de entretenimiento.

La Princesa y el Sapo evoca una era dorada de la animación- no, no la de Blancanieves, Pinocho y Bambi, sino la segunda era dorada, de los 90's, con La Sirenita, La Bella y La Bestia y Aladdin. Es también la primera película ambiciosa desde que Pixar y DreamWorks se apoderaron de la escena. Y aunque no se eleva automáticamente a la categoría de clásico, nos recuerda lo mucho que disfrutábamos la animación dibujada a mano en épocas pasadas.

Es también un gran avance de parte de los estudios Disney, pues en plena era dorada estrenan a su primera princesa negra, de forma similar a lo que ocurrió con Pocahontas y Mulan en el pasado. Es una lastima que Tiana pase la mayoría de la película convertida en sapo. La Princesa y el Sapo toma ventaja de su locación, Nueva Orleans, echando vistazos a la arquitectura de la ciudad, al gumbo, al jazz y al Mardi Gras. La aventura en el pantano es el pretexto perfecto para introducir a una serie de personajes secundarios muy cómicos. Destacan Louis el caimán que toca la trompeta, Ray la luciérnaga romántica y sus parientes luciérnagas, junto a otros caimanes, un par de campesinos cazadores de sapos, entre muchos otros animales. Tambien se roba la escena Mama Odie, la reina del pantano, una hechicera que junto con su mascota serpiente, Juju, se convierte en la cómplice perfecta para hacer que el Príncipe Naveen y Tiana enfrenten al maléfico Facilier, que pinta para convertirse en uno de los mejores villanos de la antología Disney.

Algunas de las caracterizaciones se apoyan demasiado en estereotipos famosos acerca de los negros, los criollos de Nueva Orleans y los príncipes extranjeros, pero todos dan un buen resultado. La Princesa y el Sapo demuestra que aun hay futuro para el 2D, especialmente cuando se junta con una buena historia y un arte arrollador. El Disney de la vieja escuela seguramente tendra una calida acogida cuando se estrene en las próximas semanas.

Calificacion FJ: 10 (Excelente, no te la puedes perder)

Traducido y adaptado por Isma de Maldonia.